
Hoy ser Director Técnico y sobre todo en el fútbol, se ha convertido en estar parado sobre una bomba de tiempo
Cuando uno elige estudiar y dedicarse a una profesión, el motor que a uno lo impulsa está generalmente abastecido por deseos, ilusiones y fundamentalmente por convicciones. Sin embargo, muchas veces y recién lo analizamos cuando sucede, que cada actividad tiene sus pro y sus contras, sus alegrías y tristezas, sus momentos de disfrute y sus sinsabores.
A un médico después de luchar tanto para sostener en este plano a un paciente y este fallece, el dolor interno es inmenso, pero la función debe continuar.
Si a un abogado que tiene bajo su resguardo asistencial a un cliente, pierde un juicio, los resultados después de tantas presentaciones son adversas, podía saber de antemano que en el caso tomado la situación era difícil de defender o de golpe la realidad judicial le puso los pies en la tierra, y el ego profesional le da un sacudón, al que recién supera con otro caso con el cual triunfa.
Podríamos enumerar infinidad de ejemplos, pero en este caso me ha llevado a reflexionar una actividad que desde hace tiempo y ahora más candente que nunca a nivel mundial, que es la profesión de estar al frente de un plantel de profesionales del fútbol, ser Director Técnico.
El facilismo de analizarlo desde afuera, tiende a llevarnos a poner sobre la mesa un ejemplo simplista pero no efectivo para los días que nos toca transcurrir y con tantos intereses y negocios que rodean a la actividad. “Hay que entender que el fútbol es un juego en donde se gana, se empata o se pierde”, ¡minga! me diría cualquier lunfardista.
Hoy ser Director Técnico y sobre todo en el fútbol, se ha convertido en estar parado sobre una bomba de tiempo en el que muchas aristas la pueden hacer detonar: los malos resultados, el no lograr objetivos, jugadores que no rinden a veces sospechosamente, un vestuario mal manejado, la mala relación con un mal necesario como lo es el periodismo, el egoísmo del hincha que sólo quiere ganar, una mala economía institucional y dirigentes que no quieren ser salpicados o a los que sólo los mueve “por este tipo, nos van a putear a nosotros”.
La historia, como la misma palabra lo dice, ha quedado atrás, cuando veo por la televisión, porque miro los partidos de la mejor Liga a mi entender, la Premier de Inglaterra y observo que la cámara siempre se posa sobre la imagen de un histórico por la capacidad que ha tenido, por la sabiduría de los años, porque hasta la misma monarquía lo ha distinguido y que sigue presente por el amor eterno a su institución sentado en su platea con sus 83 años, Sir Alex Ferguson, Director Técnico del Manchester United durante 26 años, uno piensa con mucha admiración, lo que ha sido el sentido de pertenencia y el respeto de la institución hacia él y te da envidia.

César Luis Menotti

Diego Simeone

Marcelo Bielsa
Otros ejemplos pueden recaer en los trabajos al frente de sus equipos de Simeone, Ancelloti, Guardiola entre otros.
Así como hay muchas aristas como ya enumeramos que pueden hacer detonar la bomba, también existe una cuestión de sentido común que es: si se contrata un Técnico, es porque gusta su estilo de trabajo, su seriedad, la capacidad para estar al frente de un grupo lleno de egos, fama, dinero, por su carácter docente para el manejo de ese grupo, porque demuestra ser un estudioso y eso anticipa que puede ser un buen estratega.
En definitiva, más allá de los resultados, debe existir coherencia, responsabilidad, apostar a un futuro a largo plazo, a tener paciencia, pues es una verdad inalterable el hecho que a los objetivos se llega con perseverancia y es necesario tener la humildad de reconocer errores o desvíos momentáneos y volver a la senda determinada.
Nuestra institución lo ha demostrado a través de las gestiones en los últimos años de Rodolfo Donofrio, en la actualidad de Jorge Brito y el legado quedará en alto y respetado por los que vendrán.
Hoy Marcelo Gallardo convertido en uno de los máximos ídolos de la historia riverplatense, se suma a esa larga lista de Renato Cesarini, Labruna, Ramón Diaz, que brillaron en sus momentos.
Muchas cosas nos distinguen, estas son algunas de ellas.
Osvaldo “Beto” Menendez.