River al Mundo

Ser y no parecer

Columna de opinión:

Detrás de un éxito, siempre hay una convicción para lograrlo, una identidad que no se improvisa, se construye, se delimita, de lo contrario se puede volver en contra.

Detrás de una propuesta hay un armado que no contiene dudas,  hay inteligencia, capacidad y pensamiento positivo de hacerla posible y llevarla adelante, plasmarla y hacerla diferente.

Detrás de una política hay un estudio de campo, de factibilidad, de pensar en el otro, de demostrarla y hacerla creíble. Todo esto puede hacer que algo sea innovador  y se distinga, perdure en el tiempo y renueve objetivos para seguir en la senda y cumplirlos.

Del lado opuesto de estas reflexiones nos encontramos con la improvisación, lo que trae aparejado desorden, incomodidad, falta de sentido de pertenencia, decadencia, malestar generalizado y por ende protesta masiva.

¿Qué lo produce?: la falta de conducción, ineptitud permanente, falso orgullo, una soberbia desmesurada, desinteligencias permanentes, poca responsabilidad en reconocerlo. Lo que doy es a mí mismo a quien se lo doy, afirma una metáfora con similitudes bíblicas.

Permanecer bajo ese aura, sólo trae fracasos, falta de autocrítica, un desmadre generalizado y por ende se cosechan en todo sentido resultados desfavorables, provocando una situación incómoda de la que se hace muy difícil salir o escapar.

Marcelo Gallardo, respaldado por una gestión exitosa.

En la historia de todas las cosas que se encaran, siempre debe haber una decisión personal o colectiva, de llevarla adelante con el pensamiento positivo, de hacerla exitosa y que trascienda. En el fútbol , deporte histórico que inundó de pasión la mayoría de los hogares de los argentinos desde sus inicios, atrás, hay un armado en los que participan dando la cara y el ejemplo por cada institución, que por antecedentes son dignos merecedores de representar la trayectoria de la misma.

En una de esas áreas están los que elegidos por votación de la masa societaria, para ser sus representantes, los que tendrán la difícil tarea de llevar adelante con idoneidad la superación y crecimiento de la institución. Para que se dé esta conjunción de cosas, primero hay que presentar con criterio superador una política a llevar adelante en la que el club está por encima de todo y de todos, para ello hay que tener los pies en la tierra, saber minuciosamente lo que hay, lo que se puede mejorar, los medios con los que se cuentan y que lo pensado sea factible de llevar adelante.

Desde su fundación en el CARP, el balance ha sido sumamente positivo, salvo contadas situaciones en donde justamente el horizonte terminó donde el ego de sus dirigentes lo dispuso. Cuando ocurren estos hechos, los resultados se trasladan a todas las áreas y es allí donde ocurren y se sufren difíciles y dolorosas consecuencias. Sin embargo, cuando se aprovechan las ideas de resurgir, ahí es donde se pone a prueba la capacidad de poner nuevamente de pie todo lo mal que antecede. Si a esto se le suma una pasión que nunca decayó y que hoy tira con fuerza el carro de establecer por amplio margen, que la entidad es por lejos la más importante en el plano nacional y una de las más destacadas a nivel internacional, el pasado ha quedado totalmente pisoteado por un presente que enorgullece.

¿En qué enorgullece?: a nivel social, deportivo, por los avances en la educación, por la cantidad enorme de disciplinas deportivas que se pueden llevar a cabo y practicar.  Por el crecimiento estructural, con obras que ponen verdaderamente a la institución como la única en el país, que está correctamente parada en el plano distintivo  de los verdaderos avances del Siglo XXI .

En los últimos 12 años la dirigencia y quienes han estado al frente de la misma, han demostrado porqué River Plate es distinto, hubo coherencias de pensamientos, de accionar, de poner en práctica los avances necesarios y se ha pensado para el futuro seguir por el mismo camino, la unión de una continuidad hace la fuerza.

Uno mira para otros lados y se encuentra con inhibiciones, con desinteligencias en las conducciones, con socios que piden cambios urgentes o que “se vayan todos”, con diferencias abismales en lo institucional y ahí es cuando se toma conciencia qué es lo correcto y lo que no.

Se pueden analizar otras cosas, lo futbolístico, las buenas y malas adquisiciones, un rumbo que no termina de encontrarse dentro de la cancha, un socio e hincha que pese a sus dudas, no deja de ser incondicional ocupando con multitudes las tribunas en cada partido de local, y cuando se le permite ser visitante. Muchas cosas más si queremos profundizar, pero en esta columna de opinión lo principal es destacar la coherencia con la que se maneja el CARP.

Osvaldo Menéndez

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